YPF seguirá con el proyecto de GNL en Río Negro y negocia con una de las petroleras más grandes del mercado
La petrolera YPF está decidida a continuar con el proyecto de Argentina GNL, aún cuando Petronas dé por finalizada su alianza en noviembre. Su presidente, Horacio Marín, explora ahora un muy avanzado acuerdo estratégico con uno de los grandes jugadores mundiales y con varias empresas nacionales que también operan en Vaca Muerta.
“No estamos atrasados. No habrá ninguna demora en la ejecución del proyecto¨, asegura Marín. El titular de YPF se niega a decir cuál es ese jugador gigante del mercado mundial del gas, un socio estratégico que vendría a reemplazar a Petronas. Pero en el mundo sólo hay cuatro grandes jugadores (supermajors): Shell, Total, Chevron y Exxon. En el sector energético señalan con especial interés a la primera.
En septiembre de 2022, el entonces presidente Alberto Fernández firmó un Memorándum de Entendimiento (MOU) para una alianza estratégica con Petronas, uno de los 3 grandes productores de GNL. Consistió en una asociación entre el 51 por ciento de la petrolera argentina y 49 por ciento de la malaya. Pero hay varios detalles que llevaron a Petronas a volver a evaluar el negocio. Petronas casi no tiene reservas de gas en la Argentina, apenas un área. Es decir, debería salir a comprar más áreas que son de YPF y de otras petroleras. Habría aspirado a obtenerlas a bajo precio, pero no es factible. Y, por su parte, Marín pretende que el megaproyecto incorpore la participación de las petroleras nacionales. PAE es una de las interesadas. En estas horas, la firma malaya entregaría un waiver para que YPF comience a negociar abiertamente otros acuerdos.
El proyecto de YPF aspira, en una primera fase, a construir un caño (gasoducto), la obra civil y dos barcos de licuefacción que estarán en Punta Colorada, Río Negro, lo que permitirán exportar 40 millones de metros cúbicos de gas diarios y, en un segundo momento, la construcción de una planta on shore contigua, donde el fluido llegará a través de otros tres caños. Si todo marcha bien la Argentina estará en condiciones de exportar gas en 2029 unos 5000 millones de dólares anuales.
Luego de que el viernes Marcelo Bonelli anticipó en Clarín que la empresa malaya se podría retirar, Marín confirmó que el proyecto seguirá adelante. Y, para que no haya atrasos, el titular de YPF está cerrando algunas reuniones en Londres.
El desarrollo del proyecto de YPF recién acaba de superar una etapa inicial, de análisis de factibilidad. No insumió mucho dinero, unos 20 millones de dólares, un monto insignificante en el mundo del petróleo y gas donde las inversiones son de miles de millones y se hacen a décadas vista. Esta etapa también coincidió con la sanción de la Ley Bases, la incorporación del régimen de grandes inversiones (RIGI), la negativa del gobernador bonaerense Axel Kicillof a avalarlo y la decisión final de YPF de abandonar la idea de instalar dos barcos de licuefacción en Bahía Blanca, para hacerlo en Punta Colorado, Río Negro, cuyo gobernador Alfredo Weretilneck se movió rápidamente para atraer la inversión. La Provincia de Buenos Aires siente que la decisión tiene un fuerte componente político y oculta la intención de perjudicar al distrito, cuyo electorado no acompaña mayoritariamente a Milei. Pero también tiene connotaciones técnicas, vinculadas con la distinta distancia a los pozos de gas, la profundidad de los puertos y la temperatura del agua.
Ahora, YPF quiere avanzar con una segunda y tercera etapa. En las próximas semanas llamará a cinco compañías para que liciten cuánto cobrarán el desarrollo de la ingeniería de detalle de la construcción de esos dos barcos. Hoy tallan fuerte 3 empresas, la coreana Samsung, la china Wison Engineering y la italiana Technichs. Cada una podría facturar unos 60 millones de dólares, unos 200 millones de dólares en total. Nada del otro mundo. Pero el próximo paso sí demandará una inversión mayor, de 6500 millones de dólares.
En el universo de petróleo y gas se necesita siempre cerrar un círculo que está integrado por cuatro sectores: el que realiza la exploración y producción (upstream); el transporte, almacenamiento y comercialización (midstream), las operaciones sobre el producto (downstream) y la existencia de compradores de esa producción. En realidad, este último es el paso más importante antes de largarse a todo el proyecto.
Por eso, además de las conversaciones con un nuevo socio estratégico, Marín también viajó a la India, para avanzar con el gobierno de ese país y con varias petroleras; y en las próximas semanas se sumarán reuniones en Hungría, Italia y Alemania. La rentabilidad de proyecto pensado para exportar gas sólo estará asegurada en la medida que YPF firme la venta con compradores de enormes volúmenes de producción. Y que se opere a un precio de 8 dólares por millón de BTU, para ser competitivo con los Estados Unidos, que es el principal productor mundial. Si todo cierra bien, después de las elecciones de 2025 se tomarán las decisiones finales de avanzar con grandes inversiones -que financiaría un banco extranjero- y la Argentina estará en condiciones de exportar gas y petróleo por 30.000 millones de dólares, de los cuales la mitad van a corresponder a exportaciones de gas.