La historia de Roma, la pastor belga que detecta droga en Río Negro
Roma es hija de Máximo, un reconocido perro que siempre se destacó por su labor dentro del área de Toxicomanía de Allen. “Nació de una camada de siete cachorros, entre los cuales mostró ser superior de entrada. De ahí la preparamos para hoy tener muy buenos resultados”, contó el Sargento Fernando Soto, adiestrador de ambos.
De esto hace unos tres años y medio. Cuando Roma nació, estuvo con Soto hasta los seis meses y luego pasó a ser fiel compañera del Cabo Matías Retamal, “quien se ocupó de que sea una perra amistosa y muy sociable”.
La raza también es clave. “Los pastor belga malinois son muy fuertes, con gran capacidad olfatoria, una duración de 10 a 12 años y un nivel de inteligencia superior”, describió Soto, que hoy está como coordinador del adiestramiento.
¿Cómo es su entrenamiento?
Soto lo explica. “Roma fue adiestrada a través del juego y las técnicas de colonización de olores de sustancias. Generalmente usamos la técnica de aprendizaje con condicionamiento operante, que es mediante un estímulo, es decir detectar el olor que buscamos para que obtenga un premio que es una pelota, entonces cuando ella realiza su búsqueda, siempre está dispuesta a trabajar por obtener su juguete favorito”.
El Sargento también destaca que vivir con su adiestrador ayuda: “Esto hizo que sea una perra súper amistosa. Él además de ocuparse del entrenamiento, también se encarga de su salud para que justamente sea sociable en los lugares que frecuentamos, sobre todo en el contacto con otros animales”.
La importancia de la División de Canes
El operativo en el que Roma fue la protagonista, tuvo lugar en Chichinales tras un control vehicular. La perra detectó la presencia de estupefacientes en la zona del baúl de un auto y rápidamente se comenzó con el allanamiento.
El jefe de la Dirección de Toxicomanía de Allen, Víctor Cufré, explicó cómo funciona operativamente el área a la que pertenecen los perros. “Se trabaja de manera mancomunada con el resto de las divisiones y delegaciones del Alto Valle. Son operativos aleatorios en cuanto a los días y horarios, con la cooperación de los cuerpos de seguridad vial de las distintas localidades”.
“Los operativos se van planificando de una semana a otra y son parte del sistema de prevención que tenemos en Toxicomanía y en este contexto, el entrenamiento de los canes es fundamental, por eso los buenos resultados”, sostuvo.
La División de Canes del Alto Valle cuenta con seis perros que cubren toda la zona que va de Cipolletti a Chichinales. “Dos de ellos pertenecen a la Secretaría de Narcocriminalidad quien nos los cedió para que podamos trabajar en la lucha contra el narcotráfico”, finalizó.
Cada uno vive con su adiestrador, “algo fundamental para el arraigo con su entrenador, además de la buena práctica que habla de que tenemos personal capacitado para este tipo de trabajo”.