Río Negro adhiere al Día Mundial de la Polio

Este día se debe utilizar para concientizar sobre esta enfermedad, que es incurable, puede dejar secuelas irreversibles u ocasionar la muerte. Sin embargo, puede prevenirse mediante la vacunación. Es un llamado a la acción y una oportunidad para renovar el compromiso en el arduo camino de la erradicación de esta enfermedad.

El Calendario Nacional contempla la vacunación contra la polio a los 2, 4 y 6 meses de vida, con un refuerzo a los 5 años de edad. Es fundamental que los niños y las niñas reciban las vacunas a dichas edades, ya que, gracias a esto, los poliovirus salvajes tipo 2 y tipo 3 han sido erradicados del mundo en los años 2015 y 2019, respectivamente. Desde 1984 nuestro país está libre de la circulación de poliovirus salvaje pero, en la actualidad, hay un riesgo muy alto de reintroducción de Poliomielitis.

Si bien sólo resta erradicar el poliovirus tipo 1, el mundo se enfrenta al riesgo que representa el incremento de circulación de poliovirus derivados con igual potencial paralizante que el salvaje.

Debido a las bajas coberturas de vacunación a nivel mundial, las enfermedades en eliminación como la Poliomielitis continúan siendo una amenaza para la salud pública. Es necesario alcanzar y sostener coberturas de vacunación superiores al 95% en cada municipio, fortalecer la vigilancia epidemiológica de las parálisis flácidas agudas (PAF) y actualizar los planes nacionales de preparación y respuesta a eventos y brotes de poliovirus para detectar y responder rápida y oportunamente ante una importación de poliovirus salvaje o poliovirus derivado de las vacunas (VDPV), o a la emergencia de un VDPV en algún país de la Región.

La polio es una enfermedad que ocasiona parálisis e incluso la muerte, aún constituye una amenaza para las niñeces. Aunque el virus puede afectar a personas de cualquier edad, las menores de cinco años son las más vulnerables. Es un virus que se encuentra en las secreciones orales y en la materia fecal de las personas con polio, muchas de ellas pueden estar asintomáticas y, sin embargo, transmitir la enfermedad de manera silenciosa a quienes no estén adecuadamente vacunadas. La principal fuente de contagio es a través del consumo de agua y sustancias contaminadas y por contacto directo con personas con polio.

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