Día mundial de lucha contra la trata de personas

Como todos los 30 de julio, se conmemora el día mundial de lucha contra la trata de personas, problemática que se no queda ajena de las complejidades que trajo la pandemia por COVID-19. La trata de personas es el proceso que implica el ofrecimiento, la captación, el traslado, la recepción o acogida de personas con fines de explotación, ya sea dentro del territorio nacional como desde o hacia otros países.

 

En Río Negro, en los primeros seis meses del año, se han realizado nueve intervenciones, por disposición de la Justicia Federal, de Viedma, General Roca y San Carlos de Bariloche. En este marco, se efectuaron intervenciones sociales a más de 550 personas del interior del país y de países vecinos como Paraguay y Bolivia, que se encontraban en diferentes puntos de la provincia realizando trabajo de cosechas de cebollas, manzana y pera. Se trata de personas con vulnerabilidad social, y expuestas a situaciones de riesgo.

Para poder ayudar a las víctimas y prevenir posibles casos, es fundamental la denuncia. Está habilitada la línea 145 que tiende las 24 horas, todo el año, de manera anónima y gratuita. El llamado es atendido por operadores especializados.

En las denuncias se puede mantener el anonimato del denunciante, si así lo manifiesta. A partir de allí se inician las investigaciones que, en muchos casos, culminan en allanamientos y rescates de víctimas.

La trata y el COVID-19

En momentos de crisis como la actual a causa de la pandemia, aumenta la vulnerabilidad de algunos grupos de personas frente a posibles tratantes. La falta de acceso a los servicios básicos, la pérdida de fuentes laborales, la reducción de las jornadas de trabajo, pueden exponer a las personas a las redes de trata o agravar la situación de las personas que ya son víctimas.

Esto puede suceder porque aumentan los desplazamientos internos en búsqueda de acceso a servicios y alimentación, porque las niñas y los niños pueden estar más expuestos si hay interrupciones en los servicios educativos o separación de los cuidadores, lo que los convierte en un blanco fácil para el tráfico, particularmente a través de la falsa promesa de empleo y educación.

En estos momentos, las personas que fueron previamente explotadas sexualmente en lugares físicos o públicos ahora pueden serlo en línea o en hogares privados. De igual forma, pueden estar físicamente confinadas, con menos acceso a la información, el apoyo y los servicios relacionados con la pandemia.

Muchas personas víctimas de la trata sufren graves formas de maltrato, incluida la violación, el trabajo forzoso, la tortura, el hambre, el abuso psicológico y la privación de tratamiento médico, lo que debilita su salud y las hace más vulnerables al contagio del COVID-19.

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