7 de marzo: La historia trágica del sargento José Aigo

En un confuso episodio, un sargento de la Policía de la provincia fue asesinado de dos balazos por uno de los tres ocupantes de una camioneta que era sometida a un control de rutina.

El hecho ocurrió a las 2.30 de la madrugada, en un camino rural a la altura del paraje Pilo Lil, a unos 50 kilómetros de Junín de los Andes, en Neuquén. Por el caso, quedó detenido un joven de 26 años, hijo del intendente de San Martín de los Andes, que era quien conducía la camioneta.

Mientras que los otros dos hombres que viajaban en el vehículo -una Mitsubishi blanca-, huyeron luego de un intenso tiroteo.

En principio, surgió la versión de que los atacantes eran cazadores furtivos. Sin embargo, fuentes policiales descartaron esa posibiliad, ya que no encontraron ni armas largas o elementos que indicaran que eran cazadores.

Las fuentes del caso sospechan que los dos prófugos se llevaron algún elemento que no querían que viera la Policía. “ Tal vez se encontraron con algo más pesado que cazadores furtivos”, le dijo a Clarín en esa fecha una alta fuente de la investigación.

Desde las primeras horas de la mañana, más de 200 efectivos, entre patrullas de la Policía, Gendarmería y Prefectura, realizan un rastrillaje de la zona para ubicar a los dos prófugos. A la tarde se detuvo a un hombre en la zona de La Rinconada, a unos 80 kilómetros al sur del lugar donde asesinaron al sargento José Aigo. Sin embargo, no tendría relación con el hecho.

El sargento asesinado era oriundo de una reserva de mapuches de esa zona y tenía dos hijos, uno de 8 y otro de 15.

Aigo y el oficial Pedro Guerrero solían recorrer la ruta provincial 23, que une Junín de los Andes con Aluminé, en busca de cazadores furtivos.

A la madrugada se encontraron con una camioneta Mitsubishi M-200 color blanca, de cabina simple, en la zona del paraje Pilo Lil. En ella viajaban dos hombres en la cabina y otro en la caja trasera.

La camioneta era conducida por Juan Marcos Fernández, hijo del entonces intendente de la localidad. Los otros dos ocupantes eran Jorge Antonio Salazar Oporto, que habría sido el autor de los disparos, y Alexis Cortés Torres.

Según el relato del policía que sobrevivió al tiroteo, cuando detuvieron la camioneta, se dirigió a la ventanilla del conductor y le pidió la documentación personal y del vehículo. Mientras revisaba la documentación, el sargento Aigo -con una linterna- se dispuso a inspeccionar la caja de la camioneta.

El ese momento, el hombre que iba de acompañante en la cabina, se bajó de la camioneta y disparó con una pistola 9 milímetros contra el sargento . Le pegó dos balazos, uno en la zona lumbar y otro en un brazo. En ese momento se inició un tiroteo, y dos de los tres hombres que viajaban en la camioneta huyeron y se internaron en un bosque.

Según dijo el fiscal de la causa, Manuel González, el tiroteo fue muy intenso, porque encontraron muchas vainas servidas. Todas calibre 9 milímetros.

Luego, Guerrero esposó al conductor del vehículo y fue a auxiliar a su compañero. Cuando quiso llamar por celular para pedir ayuda, se encontró que en la zona no había señal, así que cargó a su compañero en el móvil policial, hizo subir también al detenido y partió a Junín de los Andes.

Dejó la camioneta Mitsubishi y le sacó las llaves para que no la usaran los prófugos.

Aigo fue trasladado a un hospital de la zona, donde murió.

En la comisaría de Junín fue identificado el hombre que conducía la camioneta. Se trataba de Juan Fernández, hijo del intendente de San Martín de los Andes, Juan Carlos Fernández, A la tarde el oficial Guerrero declaró ante el juez de instrucción Joaquín Cosentino.

En tanto, Fernández está en calidad de “demorado” y aun no había sido llamado a declarar. Fuentes policiales dijeron que “él tampoco pidió hablar con nadie”.

En tanto, el gobierno provincial decretó tres días de duelo por el crimen del policía.

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