A 49 años del Cipolletazo

Hace 49 años, una llamada alertó sobre el intento de destitución del entonces intendente Julio Dante Salto.

Miles de personas salieron a la calle desde el mediodía del 12 de septiembre de 1969, hasta el 17, cuando finalmente se nombró un interventor.

El país vivía en ese momento bajo la dictadura de Onganía, que había intervenido los gobiernos provinciales, manteniendo en su cargo a las autoridades municipales electas democráticamente; en el caso de Cipolletti, Julio Dante Salto electo en 1963). En agosto de 1969, el gobernador militar de Río Negro, general Figueroa Bunge, aprueba el proyecto de construcción de un puente sobre el río Negro, a la altura de Paso Córdova, y de
pavimentación de la ruta 6 hasta Bariloche.

Este nuevo camino, que ahorraría solo 30 km en un tramo de más de 500 km, sustituiría a la ruta nacional 22 en el transporte de cargas, y saltearía a Cipolletti, Allen, Neuquén y otras localidades ubicadas al oeste de Roca, forzando el tránsito de las cargas por estaúltima.

En defensa de los intereses locales, Salto se opone a la medida y acude a los medios para difundir su opinión. Con los rumores de un conicto instalados en la comunidad, un conjunto de vecinos cipoleños se acerca a Viedma e intenta, sin éxito, entrevistarse con el gobernador; de allí se dirigen a la Capital Federal, donde el entonces ministro del Interior, general Imaz, les comunica que la destitución de Salto es inminente e irrevocable, debido al carácter público que el mismo Salto había dado a su disensión con las autoridades militares de la provincia.

En ese momento Salto se encontraba en Buenos Aires transmitiendo sus inquietudes a la prensa nacional. A su vuelta, unamultitud lo recibe en el aeropuerto de Neuquén y lo escolta hasta su casa en Cipolletti.
A estos gestos de abierto desafío, tanto por parte del pueblo como de las autoridades cipoleñas, el interventor militar de la provincia responde con el decreto 721/69, con fecha 11 de Septiembre, disponiendo e la destitución de Salto.

El 12 de Septiembre se apersonan en la municipalidad de Cipolletti seis enviados del
gobernador para hacer efectivo el decreto. Ante esta situación, Salto gana el tiempo necesario para que su secretario informe a los medios lo que ocurría.

Rápidamente la radio local (LU 19) y el Canal 7 de Neuquén difunden la noticia, y el pueblo de Cipolletti responde con una multitudinaria movilización hacia el municipio. Los comercios e industrias cierran, los alumnos se retiran de los colegios, y la gente gana la calle. A su llegada al Edicio Municipal, la multitud expulsa a los enviados del interventor y respalda a Salto en su puesto.

Con la ciudad entera declarada en rebeldía, levantando barricadas en las calles y enviando comunicados que, en nombre de toda la comunidad, pedían la intervención por parte de las autoridades nacionales al gobierno de la provincia, Figueroa Bunge retrocede con la destitución de Salto, y envía a las calles a todos los efectivos policiales de los que dispone.

Durante los días siguientes la ciudad vive horas de agitación, hay apagones masivos en la noche, escaramuzas, se dan detenciones, allanamientos y heridos de bala. Salto, buscado por las fuerzas policiales, se refugia en un hotel de Neuquén y, ante la perspectiva de una escalada de violencia en la ciudad pacta con las autoridades su renuncia, a condición de que su sucesor fuera nombrado por él: Alfredo Chertrudi.

La situación se descomprime totalmente con la destitución del interventor provincial y su gabinete por parte del gobierno nacional (22/09/69). Doce años más tarde, se construye el puente que generara el conicto, pero ya para ese momento, el crecimiento de Cipolletti y la importancia adquirida por la ciudad de Neuquén, han dado a la Conuencia la importancia, tanto a nivel político como económico, que detenta hoy en la región

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