Crearon una «Cabina indiscreta» en la estación de trenes

Allí se hizo una jerarquización integral del espacio, los vidrios, la madera, pintura y puerta. Una vez terminada esta labor, este fin de semana, comenzó el ciclo de intervenciones urbanas allí bajo la denominación: “Cabina indiscreta”.

Durante todo el mes de octubre, las artistas Florencia Rubini y Leticia Carini estarán a cargo de la propuesta participativa “cabina de hibridación para futuros posibles”. Las artistas proponen y reflexionan sobre los ecosistemas entre lo biótico y lo abiótico, entre el pasado y el fututo, entre lo útil y el descarte dentro de la cabina que la conciba como un símbolo de la descomposición composición y no de lo desechado.

Se trata de un ejercicio creativo en la construcción de un futuro donde no haya un obsoleto, porque de hecho: ¿lo que está en desuso donde va a parar? “Es necesario que pensemos que esa obsolescencia sea parte componente de un mundo más habitable”, proponen.

Además, las artistas invitan a la participación de los vecinos que se acerquen regando este ecosistema híbrido y manteniéndolo vivo, con un sistema sencillo de riego que se encuentre en el interior de la cabina. También se puede acceder a un código QR en la misma cabina, donde hay mayor información sobre la obra y la propuesta.

El proyecto surge de las artistas Ingrid Roddick y Mercedes Schamber, quienes hace algunos años, con la intención de poner en diálogo y concretar propuestas artísticas en espacios públicos, se interesaron en generar este espacio de encuentro espontáneo y diferente con la comunidad y el arte, pensadas fuera del campo y circuito al que se está acostumbrado.

La idea apunta a reutilizar espacios en desuso en la ciudad, sumar una mirada diferente a la cotidianeidad, dándole sentido de pertenencia, identidad y valor, ayudando, también a su preservación.

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