Por las trabas a la importación, se frena el acondicionamiento de equipos necesarios para continuar con el desarrollo de Vaca Muerta

En rigor, la compañía no logra obtener la aprobación del Sistema de Importaciones (SIRA). El desarrollo de Vaca Muerta se ve perjudicado, advirtió.

Como consecuencia de la agudización de las restricciones a la importación, DLS Archer, una de los dos principales empresas proveedoras de equipos de torre de Vaca Muerta, informó este que debió suspender los trabajos asociados al acondicionamiento y posterior puesta en servicio de una unidad de perforación de última generación —adicional a los que ya tiene trabajando en yacimientos no convencionales— que estaba programado para septiembre. Asimismo, allegados a la compañía explicaron que debido a esta situación hay 50 puestos de trabajo en riesgo de continuidad.

DLS es la prestadora de unidades de perforación, pulling y workover que más upgrades realizó a su flota de equipamiento. Concretamente, tal como publicó EconoJournal, la firma llevó adelante en los últimos dos años una repotenciación de ocho equipos de drilling a fin de que puedan perforar pozos horizontales tan extensos como los que se están colocando en Vaca Muerta. Como en el mercado local faltan equipos de ese tipo, DLS está realizando un upgrade adicional en una nueva unidad pero la imposibilidad de importar componentes y repuestos que no se fabrican en el país puso en riesgo la continuidad del proceso.

SIRA
Desde DLS Archer indicaron que la falta de aprobación del Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA), y la consecuente imposibilidad de retirar los elementos importados de la Aduana, son las principales causas que afectan de forma directa a las empresas de servicios petroleros.

En este sentido, desde la compañía advirtieron que en este contexto de profunda incertidumbre el tan ansiado desarrollo de Vaca Muerta se ve perjudicado y que muchas empresas del rubro han comenzado a manifestar la imposibilidad de garantizar las operaciones en el corto plazo.

FUENTE: EconoJournal.

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