Desarrollaron un sistema hidropónico que utiliza material volcánico de origen neuquino

Dos ingenieros agrónomos de Centenario desarrollaron un sistema de producción hidropónica sobre sustrato inorgánico, en este caso, piedra puzolana proveniente del norte neuquino. Con esta alternativa se evita la importación de materiales o residuos que serían exóticos para la región, además de requerir un tratamiento más dificultoso. La hidroponía supone el cultivo de frutas y verduras sin suelo y para ello, se diseñan estructuras donde circula agua o un sustrato, orgánico o inorgánico, que brinde soporte a la planta. Sumado a la producción en invernadero, se controlan las condiciones ambientales y nutricionales que permite la obtención de una mejor calidad y productividad de las hortalizas y frutas.

Desde el Centro PyME-ADENEU, organismo dependiente del Ministerio de Producción e Industria se acompañó al emprendimiento, llevado adelante por Walter Mela y Waldemar Stickar, en los ensayos para la selección del sustrato.

Stickar explicó que “en los cultivos hidropónicos, hay algunos que les llaman hidropónicos puros que están en agua, que es generalmente lo que más se utiliza, y también están estas alternativas, con un material que es ‘eco compatible’, o sea que son insumos que podemos tenerlos regionalmente. La idea es que no estén a más de 400 o 500 kilómetros”.

Bajo el sistema hidropónico se logra continuidad y más ciclos de producción al año. “Estamos hablando de que antes de diciembre estamos cosechando los tres cultivos que tenemos en este invernadero: pimientos, tomates cherry y redondos”, comentó Stickar. Su producción la están comercializando a través de un supermercado local, ubicado en Neuquén capital.

“La idea con este sistema hidropónico es acortar los ciclos de producción y llegar al mercado con un producto más que satisfactorio en calidad, pero en una ventana comercial donde en la zona es muy difícil lograrlo, por las cuestiones climáticas de nuestra zona norpatagónica. Con este manejo del sistema hidropónico podemos llegar mucho antes con el producto al mercado local, que realmente cubre una demanda interesante”, señalaron los emprendedores.

“Si bien es un sistema más costoso, también los resultados son mayores” dijo Stickar. Como ejemplo, registraron 6 kilos de tomates por planta, un promedio más elevado en comparación al sistema hortícola tradicional.

Otro beneficio detectado es que es posible mantener la sanidad de los cultivos con una disminución en el uso de insecticidas o fungicidas, producto de un manejo nutricional más controlado de las plantas. De esta manera, se obtiene “un producto más seguro desde el punto de vista del consumo humano”, aseguró Stickar.

Durante su visita al establecimiento, el ministro de Producción e Industria, Facundo López Raggi, comentó que “este emprendimiento ha introducido una serie de innovaciones en todo lo que es la producción hidropónica de alimentos, en este caso de frutas y verduras, logrando con material local, con puzolana de la zona centro de la provincia, crear un sustrato inorgánico que permite lograr productos de altísima calidad, que tienen una muy buena salida al mercado local, con un potencial enorme porque permiten con este sustrato local, que no es importado como muchos de los que hay y hoy se usan, poder tener producciones hidropónicas de muy alta calidad”.

Asimismo, el ministro indicó que “es una línea más de trabajo que venimos apoyando a través del Centro PyME y que tiene que ver con todo lo que es esta mirada y objetivo del ministerio que tiene que ver con la ampliación y la diversificación de la matriz productiva. La horticultura y toda la producción hidropónica es una línea muy fuerte, en tanto puede ser considerada para su utilización en el abastecimiento de los consumos y necesidades de hortalizas de varias localidades. Es muy importante porque pueden replicarse experiencias en buena parte de la provincia”.

Este año, desde Centro PyME-ADENEU se brindó asistencia técnica y financiamiento por 350.000 pesos para emprendedores que se iniciaron en la producción de hortalizas mediante el sistema de hidroponia. Se trata dos experiencias, ubicadas en Plottier y Zapala, que producen unas 5600 plantas de lechuga y rúcula sobre una estructura donde circula agua de forma constante.

Generación de alimento a partir de residuos

En cuanto al aprovechamiento de materiales y residuos locales, el Laboratorio de Hongos Comestibles de Centro PyME-ADENEU ha desarrollado investigación y desarrollo de sustratos para la producción de gírgolas a partir de residuos de la región, como el orujo proveniente de la industria juguera, los desperdicios de la poda de olivos y el bagazo resultante de la elaboración de cerveza artesanal.

Dichos desarrollos permiten disminuir el impacto ambiental por exceso del residuo, reducir la dependencia de la viruta de álamo, que es el principal insumo que se utiliza habitualmente en la región de Alto Valle.

El cultivo de hongos comestibles es una actividad económica que ha crecido a pasos afianzados y la elaboración del sustrato es uno de los cuellos de botella más importante de la producción.

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