Alfredo Garrido, una historia que merece ser contada

La charla fluye entre su historia y la ilusión de «hacer cosas» por el pueblo. Por su gente.

Tras la heladera mostrador del negocio, despacha a un cliente presuroso. Da un giro, alcanza la pava, el mate. Y empieza el juego con las palabras, las propias y las del otro. Gesticula con el mate en la mano cuando habla, o escucha mientra bebe esa infusión.
La charla fluye entre su historia y la ilusión de «hacer cosas» por el pueblo. Por su gente.
Jubilado, comerciante, deportista. «El de la pata ortopédica».
Un accidente (1999) le produjo una doble fractura expuesta y años de dolor.
«Córtela doctor», pidió. Ya no daba para más. 46 veces había entrado al quirófano. Esta sería la última.
“Cuando tuve el accidente, fueron 12 años de convalecencia, estirándola para ver si la podía salvar”, le contó a un periódico digital luego de correr la Media Maratón de Neuquén en noviembre último. Sí, leíste bien. 21 kilómetros de carrera.
«Corría con Tranquilino Valenzuela, con (José) Calquín, con Sánchez, con muchos corredores de Neuquén» se puede ver en ese portal de noticias.
Su relato es atrapante, espontáneo, natural.
En 2010 consiguió una prótesis alemana que le permitió primero caminar y luego volver a correr.
El 2 de abril pasado hizo cumbre en el volcán Copahue y piensa repetir la hazaña el domingo 17. Con el grupo de treking Pucará subirá nuevamente la montaña.
Una semana antes tiene otro desafío. Es una carrera diferente. Es competir por un lugar en el concejo deliberante del pueblo. «Es que quiero hacer cosas» insiste.
Los obstáculos están para vencerlos piensa mientras en voz alta hace cálculos de como serán las elecciones del domingo.

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