De acuerdo con las mediciones del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), en el segundo semestre de 2016, 12,7 millones de personas se encontraron debajo de la línea de la pobreza.
También la cantidad de indigentes, las personas cuyos ingresos no alcanzan para comprar la cantidad de alimentos suficientes, se redujo en un 0,2 por ciento: hay un 6,1 por ciento de la población frente al 6,3 de la medición medición anterior.
Las que más y las que menos
Los mayores índices de pobreza se registraron en Santiago del Estero, con el 44 por ciento; Concordia, con el 43,6; Gran San Juan, 43,5; Córdoba, 40,5; Corrientes, 39,5; mientras que el Gran Buenos Aires, el índice alcanzó al 34,6 por ciento. Por el contrario, los menores índices se anotaron en la Ciudad de Buenos Aires, con el 9,5 por ciento; Ushuaia, con el 9,7; y Río Gallegos 13,4 por ciento.
Los mayores niveles de indigencia se anotaron en Córdoba con el 10,8 por ciento, Santiago del Estero con el 8,8, y el Gran Buenos Aires con el 7,5 por ciento. En contrapartida, los menores niveles de indigentes se registraron anotaron en Ushuaia con el 2,1 por ciento; Comodoro Rivadavia y Ciudad de Buenos Aires, ambas con el 2,3; y Paraná 2,4 por ciento.
A fines del año pasado, una pareja de un hombre de 35 años, una mujer de 31, y dos hijos de 6 y 8 años, requería de $ 13.155 mensuales para comprar la Canasta Básica Total (CBT), y no caer por debajo de la línea de la pobreza, o $ 5.458 para comprar la cantidad mínima de alimentos y no entrar en la indigencia. Los datos corresponden al informe técnico Incidencia de la pobreza y la indigencia en 31 conglomerados urbanos publicado difundidos por el organismo que encabeza Jorge Todesca.
La baja de la pobreza equivale a 800.000 personas que dejaron esa condición entre el primer semestre del año, cuando se reanudó la medición de la pobreza, y este dato del segundo semestre.